Nuestra experiencia de modelamiento formal de procesos en cientos de proyectos del MBE nos ha llevado a identificar varios niveles de detalle de representación:
- Un primer nivel tiene que ver con la arquitectura de procesos de una empresa, la cual puede ser para todos los procesos de una empresa o una parte de ellos, que es relevante para la generación de un determinado producto o servicio.
- El segundo nivel tiene que ver con el diseño de los procesos que conforman la arquitectura, con un énfasis en la determinación de los subprocesos y actividades que los componen y las relaciones por medio de flujos de información entre éstos que permiten un funcionamiento adecuado; este modelamiento no es procedural.
- El tercer nivel que detalla, para las actividades más elementales del segundo nivel, la lógica de ejecución de las mismas en interacción con un apoyo computacional, incluyendo la posibilidad de que exista lógica compleja, por ejemplo de evaluación de riesgo en crédito, que se automatiza. Este nivel es procedural en el sentido de definir secuencias estrictas de procesamiento al estilo de lógica computacional.
Tal como se presenta en la Primera Parte del libro Ingeniería de Negocios, muchas empresas líderes en BPM en el mundo modelan los tres niveles recién definidos con metodologías y técnicas diversas, sin que necesariamente se asegure consistencia entre tales niveles. En el MBE hemos desarrollado un enfoque de modelamiento unificado de los tres niveles anteriores basado en BPMN como herramienta. Este enfoque distingue estilos de modelamiento como sigue.
Para representar los diseños de primer y segundo nivel utilizaremos una técnica de modelamiento que se nutre de varias propuestas de representación y de nuestra experiencia con diversos enfoques. La idea fundamental es que se requieren estilos diferentes, pero complementarios, de modelamiento, dependiendo del grado de detalle que se quiere expresar. Así, para expresar lo que es la arquitectura de procesos y el diseño de los procesos de segundo nivel proponemos un estilo de modelamiento que enfatiza la estructura y el flujo, vale decir los componentes de un proceso y sus relaciones por medio de flujos de información, y que es no procedural. Ahora, para representar el detalle más técnico del diseño de procesos de tercer nivel, incluidos los apoyos computacionales, proponemos un estilo totalmente procedural que enfatiza secuencia de actividades y lógica de control. Veremos que estos estilos son totalmente complementarios, ya que el segundo tomará las representaciones del primero y las detallará en la dirección ya señalada.
El primer estilo no procedural modela según las convenciones de IDEF0, pero utilizando una herramienta de software para editar modelos BPMN. Ésta es una notación muy reciente que tiene una gran cantidad de elementos de representación. En esta parte, como ya lo indicamos, utilizaremos un estilo de modelamiento orientado al flujo del proceso, en el cual enfatizamos los componentes que participan y sus relaciones por medio de flujos de información. Dado que BPMN tiene una clara orientación a la secuencia y lógica de control, debemos usar en forma creativa algunos de sus elementos para representar flujos de información en el estilo IDEF0, lo cual se detalla en la Segunda y Tercera Partes del libro Ingeniería de Negocios, las cuales están recién actualizadas.
El segundo estilo de modelamiento, que detalla los modelos del primer estilo, se utiliza cuando llegamos al diseño detallado de los procesos, incluyendo la lógica asociada a los apoyos computacionales; en él adoptaremos las convenciones de BPMN en su concepción de secuencia y lógica de control, lo cual sí lleva a sincronismo. Aquí definiremos dos subestilos: uno que no pretende la simulación y ejecución de los procesos y otro que sí lo permitirá. La diferencia entre éstos es el grado de formalidad de la representación, ya que, en el segundo caso, deben respetarse convenciones estrictas de BPMN que hacen factible la simulación y ejecución. La ventaja de esta segunda variante es que, bajo determinadas condiciones, los apoyos computacionales al proceso se pueden generar en forma automática, sin necesidad de diseño computacional ni escritura de código. Esto es factible debido a que BPMN fue diseñado para que las representaciones gráficas, que cumplan con ciertas condiciones, puedan ser convertidas a un lenguaje computacional llamado BPEL (Business Process Execution Language), el cual puede ser ejecutado en servidores apropiados. En la práctica, es difícil que todo un proceso detallado de acuerdo al estilo enunciado pueda ser llevado a una representación que permita ejecución. En muchos casos sólo será factible tomar una parte del proceso, típicamente aquélla que queremos que funcione en forma más automática, para modelamiento orientado a la ejecución. En las partes siguientes del libro mencionado se detallará el uso de este segundo estilo.
En resumen, dependiendo del nivel de detalle en que nos encontremos dentro del modelamiento y los objetivos de diseño que persigamos, utilizaremos estilos diferentes de representación, que se pueden definir como consistentes y complementarios.