Entrevista Profesor Oscar Barros
¿Qué representa para ud. el reconocimiento entregado por BPM Chile?
Me estimula a seguir trabajando en una línea que inicié en los noventa con tres libros en Reingeniería, Patrones de Procesos e Ingeniería de Negocios y varios papers internacionales, la cual culminó con la creación del Magíster en Business Enginering (MBE) en la U. de Chile, que ha formado, a la fecha, cientos de profesionales que están intentando, con éxito, cambiar la manera en que se manejan los negocios en Chile. Más importante que el reconocimiento es la satisfacción de que una visión, que podría haber aparecido académica y poco realista, está dando resultados más allá de mis expectativas.
¿Cuál es su visión de la gestión de procesos en Chile? ¿Qué falta?
Yo pienso que las empresas chilenas no tienen procesos bien diseñados y alineados con la estrategia, lo cual conduce a que las TI no se utilicen en todo su potencial; esto ha sido validado por un reciente estudio de McKinsey en Chile que encontró que la productividad de las empresas nacionales es aproximadamente un tercio del de las empresas de los mismos rubros en países como EEUU. La productividad podría doblarse con mejores procesos y buen uso de las TI; o sea hay una mina de oro que es la que están explotando los graduados del MBE, los cuales han mostrado con casos reales en múltiple tipos de empresas, públicas y privadas, que es factible obtener incrementos muy significativos de productividad y, al mismo tiempo, mejor servicio al cliente.
¿Cómo las empresas chilenas pueden adoptar mejores prácticas de gestión de procesos?
Aquí hay un problema de cultura: los ejecutivos chilenos son conservadores y no están conscientes de que hay que innovar constantemente, no sólo en mercados y productos, sino que también en los procesos de negocio y el apoyo TI que permite optimizar el servicio al cliente y el uso de los recursos involucrados. La triste realidad es que que los procesos son el resultado de la historia y la improvisación, y no ha habido un esfuerzo significativo y sistemático para enfrentar de una manera ingenieril su diseño. Mientras no se reconozca en forma explícita al más alto nivel de las empresas que éste es el camino a seguir, como lo han reconocido muchas empresas líderes en el mundo, seguiremos marcando el paso en cuanto a procesos, salvo honrosas excepciones de algunos pioneros que ya están mostrando la factibilidad de este enfoque en el país.